After the Mediterranean

¿Qué será del Mediterráneo durante las próximas etapas geológicas? ¿Qué encontrarán después de este mar los miles de migrantes que se aventuren a cruzarlo, y las materias, la energía y las tecnologías que se trasladen de una orilla a la otra? ¿Qué representaciones van a reemplazar la antigua idea de un mar bucólico?’

‘Después del Mediterráneo’ conjura diferentes tipos de futuro para movilizar imaginarios en torno a las crisis ecológicas y humanitarias que socavan este mar. Los artistas de esta exposición abordan zonas de fricción del Mediterráneo con la intención de plantear alternativas con las que entrever posibilidades de mundos en común.

‘Después del Mediterráneo’ se fija en problemáticas en las cuales se encuentran implicados lugares precisos, a la vez que tecnologías y sistemas de intercambio con las que se relacionan y se desplazan las materias, los humanos y las demás especies entre las orillas de este mar. El propósito ha sido dar lugar a representaciones complejas, que son locales a la vez que globales, con las que comprender este entorno como un medio que, como tal, es natural a la vez que social.

‘Después del Mediterráneo’ busca desprenderse de los modelos dominantes que han cristalizado en el imaginario colectivo. En primer lugar, existe la noción del Mediterráneo como un mar unitario: la comprensión de este enclave a partir de un único patrón cultural que se ha impuesto con las diferentes olas del clasicismo y que, en última instancia, remite a las antiguas Grecia y Roma. En segundo lugar, existe la noción del Mediterráneo como el mar del sur de Europa: la idea de un mosaico de culturas que, a pesar de las diferencias que lo atraviesan, disfruta de una bonhomía que lo predispone a la convivencia harmónica ⁽¹⁾Chiara Cartuccia: ‘The space of a metaphor: on Mediterraneanism in the event-institution’. Afterall. n. 53. 2022.

Mientras que los dos imaginarios responden, al final, a diferentes capítulos de la dominación europea, ‘Después del Mediterráneo’ busca problematizar un tercer modelo con el que más recientemente se ha pensado este mar. Se trata del Mediterráneo que Fernand Braudel dio a conocer con la metodología historiográfica de la long durée: un intenso episodio de sequía –la crisis de salinidad del Messiniense, que tuvo lugar hace 5 millones de años-, habría determinado modos de vida biológicamente pobres en la cuenca mediterránea, algo que, a su vez, habría facilitado que éste haya sido el escenario donde ha proliferado intensamente una especie tan frágil como es la humana, la supervivencia de la cual ha requerido extender amplias redes de intercambios a nivel territorial y, después, globales ⁽²⁾Fernand Braudel: Memorias del Mediterráneo. Cátedra, 1997.

.Cuando los artistas de la exposición abordan las problemáticas del Mediterráneo lo hacen, por una parte, en clave decolonial, conscientes de la necesidad de generar representaciones críticas con la herencia del imperialismo. Se trata de representaciones que están comprometidas con la lucha en contra del cierre de las fronteras europeas, la sumisión racial y el extractivismo global.

Por una parte, cuando los artistas proceden al análisis profundo de controversias específicas y evitan limitarse a la producción de metáforas con las que se podría simplificar nuevamente la complejidad de este ecosistema, lo hacen conscientes de que en el abordaje de las fricciones es donde se encuentra la posibilidad de desafiar las determinaciones. Estas conjunturas, aunque particulares e incluso aparentemente efímeras, son indicios de procesos de transformación que pueden llevar a la emergencia de escenarios del futuro radicalmente diversos.

El adverbio ‘después’ de “Después del Mediterráneo” remite justamente a esta dialéctica⁽³⁾La expresión ‘Después del Mediterráneo’ procede originalmente del prólogo de Cristina Lombardi-Diop en: The Black Mediterranean Collective: Mediterráneo Negro. Cuerpos, fronteres y ciutadania. Katakrak, 2022: por un lado, expresa la urgencia de desenlazar el presente de los imaginarios con los que se ha pensado hasta ahora el Mediterráneo. Por otro lado, apunta hacia la necesidad de convocar momentos futuros que no estén ni absolutamente determinados ni por las condiciones del presente ni por los pasados ancestrales de la long durée.

Si con los proyectos de la exposición hay algún rastro de esperanza, éste se encuentra en la oscilación entre un trabajo rigurosamente crítico con los Mediterráneos que ya no se desea seguir reproduciendo y la proyección de una serie de Mediterráneos que no han sucedido aún.