Cambiar de nombre las plazas.
Trasladar los monumentos.
Hacer, de personajes que no se dedican al deporte, atletas olímpicos.
La historia cambia cuando las instituciones lo autorizan.
La aparición de objetos del pasado en el espacio público está sujeta a la burocracia.
Los procesos conmemorativos están atravesados por una tensión ineludible. Por un lado, con el término «conmemoración» se apela a la actitud que tenemos hacia aquello que se ha establecido como importante y solemne. Por el otro, la conmemoración se refiere también a la acción de recordar juntos, en comunidad, de «con-memorar». La primera acepción indica un funcionamiento jerárquico de la memoria y tiende a su institucionalización. La segunda se refiere, en cambio, a la horizontalidad con la que también circula el recuerdo colectivo y que lo mantiene conectado con la heterogeneidad social. Conmemorar se prefigura, pues, como una acción controvertida, como un espacio donde entran en negociación una pulsión por controlar los relatos de la memoria colectiva y otra pulsión persistente hacia su diseminación entre las diferencias sociales.
Doble autorización surge del cruce de dos historias. Una hace referencia a los traslados y la duplicación que ha sufrido un monumento dedicado a Francesc Ferrer i Guàrdia; la otra, al cambio de nombre de una plaza de Mont-roig del Camp, de Generalísimo Franco a Joan Miró. Posiblemente, los monumentos y las plazas son los dos medios que la cultura occidental ha destinado a la conmemoración por antonomasia. En este caso, sin embargo, Lola Lasurt los considera desde su inestabilidad y los enfoca en momentos de tránsito. Se deja ver, así, cómo del cruce entre el impulso para oficializar memorias y el impulso de memorias emergentes pueden surgir formaciones conmemorativas impredecibles, a la vez que polémicas por sus implicaciones estéticas, políticas y sociales.
Lola Lasurt (Barcelona, 1983) vive y trabaja entre Gante (Bélgica) y Barcelona. Exposiciones recientes: Learn and Teach (Greatmore Art Studios, Sudáfrica), Los inmutables (DAFO, Lleida), Amnèsies (Espai2, Terrassa), El Gegant Menhir (L’Aparador del Museu Joan Abelló, Mollet del Vallès), La gran aventura (Can Felipa Arts Visuals, Barcelona), Seleccionados en el Premio de Pintura Internacional de la Fundació Guasch Coranty (Tecla Sala, L’Hospitalet), entre otras. Becas recientes: beca de intercambio Hangar/Greatmore Art Studios (Sudáfrica) y ayudas del CoNCA para la investigación y la creación en los ámbitos artísticos y de pensamiento, entre otras. Actualmente es artista residente en HISK (Gante) y es miembro del colectivo Leland Palmer.
Arqueología prevenitva: Los proyectos de Oriol Vilanova, Lúa Coderch, Lola Lasurt, Antonio Gagliano y LaFundició que se presentan en el marco del ciclo Arqueología preventiva plantean un conjunto de desplazamientos por la capa superficial de la memoria. Más que investigaciones sobre el pasado, se trata de un rastreo de las formas en las que la historia se dispone, se relata y comparece actualmente en la esfera pública; un mapeo de las herencias recibidas y que articulan nuestra relación con tiempos pretéritos; un conjunto de rutas hacia distintos lugares desde donde interpelar la memoria colectiva.